Pues yo me encuentro con "Fagus sylvatica", que es el haya, en Europa, Europa Occidental que es dónde crecen las hayas, preciosas y gigantes. Y el encuentro con ellas, y ahora nuevamente, en la ciudadela.
Y para mí este árbol majestuoso me trae aquí. Me trae al sitio donde habito las últimos décadas de mi vida y... también me recuerda la génesis de la vida.
En las antiguas leyendas romanas, los dacios hablaban que era el árbol de la fertilidad. Es una tierra fértil. La fertilidad está en todas nosotras, y... me ha evocado ese círculo con la naturaleza.
El berreo de los ciervos en la selva de Irati, llaman al apareamiento, eso es fertilidad. El sonido de los pájaros. El agua en primavera, que baja con mucha velocidad y mucha fuerza... y esto a mí me ata aquí, me ata a la tierra, porque la música con la que termina una música ritual que me sitúa como mujer atada con esas raíces de las hayas, a esta tierra, de allá dónde vengo y a dónde piso hago mis raíces.